Iniciamos la mini rodada con las siguientes instrucciones:
Sam, al rato venimos, cuidas la casa,
No hagas desmadre,
Si haces desmadre lo arreglas,
Si no lo puedes arreglar dices que fue Patón....
Enseguida tomamos la carretera recurrente ya que nuestra reunión era terminando cañón de lobos y ahí comenzó la ruta desconocida hacia Yautepec.
Pasando el pueblo inició un camino interesante, muy bonito, de esas carreteras que te hacen sentir en paz. Había plantaciones de maíz y tramos con árboles de la región. Los cerros se empezaban a acercar y esporádicamente se veían casas preciosas a las orillas, de esas que se te antojan para vivir y donde te cuestionas si sería sencillo entrar y salir con coche, moto o qué harías en caso de que no tuvieras transporte propio, estando en medio de la nada eso sería un problema, afortunadamente regresas a la realidad y te das cuenta de que tu hogar esta en otra parte más accesible al transporte público.
Cuando nos acercamos a Tepoztlan también nos encontramos con un pequeño río y varias galerías & café. Ya en el centro empiezan los caminos de piedra y las subidas, no puedo evitar los nervios al pensar que podemos caer en cualquier momento, pero lo único que me queda es confiar en mi piloto y así llegamos con bien al estacionamiento. Nota aparte algunos estacionamientos no tienen lugar o no aceptan motos y algunos otros cobran por hora no muy accesibles cantidades, así que como tip, pregunten antes de meterse.
Nuestra primera parada fue la iglesia - exconvento, me encantan estas construcciones pero personalmente creo que el patio principal está algo descuidado.
Nos encontramos con algunas campanas, y Pedro se preguntaba si se habrían roto de tanto sonar, después descubrimos quién las rompió ¬¬
Dando una vuelta por el interior nos encontramos con algunos jardines con un verde espectacular!
Las ventanas y las puertas a contraluz dan como resultado unas fotos padres...
Los arcos característicos de estos tiempos de la historia...
Después de salir fuimos en busca de algún aperitivo ligero...
Encontramos tlacoyos, quesadillas y tacos.... no les pudimos decir que no. No recuerdo el nombre del restaurante pero es sobre la calle principal, la comida bastante rica y a buen precio, la atención algo apresurada, la chica nos carrereaba para ordenar...
Una vez saciada nuestra hambre fuimos... a comer más...
Hicimos una parada en las tradicionales Tepoznieves
No se de qué eran dos nieves, pero las que sí probe fueron de limón, hierbabuena, horchata, arroz y rompope, me pareció la de hierbabuena algo sintética, las demás buenas aunque no extraordinarias y sigo reafirmando que mis favoritas y aclamadas son las Nieves de Alpuyeca.
Salimos de Tepoz como a las 19:30 y el sol se despidió en el camino. Llegamos a casa al rededor de las 21:00, cansados pero con buenas experiencias.
Por cierto, ¿ustedes creen que mi nariz es muy grande o se ve grande por los lentes? O_o .... como sea....
"Viviendo el camino, sin prisas, pero sin pausas"