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Comunicologa y mercadologa de profesión, una de mis pasiones: la organización de eventos. Me encanta el café, el té, el sushi y soy alérgica al ejercicio.

Esta es una recopilación de cosas que amo... desde fotos hasta social media.

Así que esperen ver de todo por acá.

martes, 14 de octubre de 2014

MOTOS / Papalutla Guerrero con Tortugas MC México

En menos de un parpadeo el casco rojo se fue, para dar lugar a una visión del pavimento...


Esta salida estuvo más demorada que las anteriores, decidimos salir con el segundo grupo. Nuestros cálculos no fueron precisos y terminamos tomando la carretera a eso de las 4 de la tarde, eso creo.

Debido a la hora decidieron que nos iríamos por autopista y esta fue mi primera vez en moto hacia el sur. Como siempre estaba sorprendida por la cantidad de verde que podía rodearnos, las lluvias hacen bien su trabajo y el paisaje estuvo espectacular. Flores, árboles, cielo y una carretera que se abría paso al frente era todo lo que podía ver.

Después de un rato y varios entumecimientos cruzamos por un enorme puente y yo por supuesto estaba aterrada, los puentes no me agradan y en lo posible trato de evitarlos. Esta no era la ocasión pues supongo que de haberlo evitado hubiera tenido que cruzar un río nadando y esa es otra cosa que no se me da nada bien.

Por fin llegamos a la caseta de Paso Morelos y tomamos la salida hacia Atenango, me había imaginado el pueblo más colorido y sobre todo más cerca.

Nuestro camino de dos carriles en un sentido se fue para dar paso a una pequeña carretera llena de baches y piedritas, apenas habiendo entrado a ella una de las motos tuvo un percance y nos detuvimos para checar que todo estuviera en orden.

Nos paramos rápidamente en una gasolinera y continuamos el viaje. Encontramos algunos letreros del balneario y en todos pensé que ya era y resulta que decía a 15 km etc. Seguimos rodando.


De pronto vimos abajo de los cerros un río y la carretera nos llevaba hacia el, quizá esta vez ya hubiéramos llegado. Paramos frente a la entrada de un balneario, pero no era, así que avanzamos un poquito más y por fin habíamos encontrado el lugar en medio de los cerros guerrerenses.




El balneario es sencillo, tiene tres albercas, baños, unas áreas de comedor, una palapa y algunos cuartos. Una de las albercas tiene pierdas y arena en el fondo, pero el agua es tan clara que puedes verlas con gran detalle.





Estacionamos las motos en un área pequeña donde había tierra que se veía bastante inofensiva (recuerden lo de la tierra para más adelante), bajamos las cosas y nos empezamos a instalar en la palapa, Gun decidió que dormiría a las orillas del río y monto su casa ahí. Una vez instalados me fui a poner un short y en un minuto estaba completamente picoteada por mosquitos, Wendy me dio repelente y me dejaron en paz, era de noche y hasta el siguiente día vería las huellas de las picadas en mis piernas y pies.

Después de come-cenar unos buenos tacos nos dispusimos a entrar al agua y bueno, estaba calientita y tenía mas de un año sin meterme a una alberca!!! Nos dormimos a las 12 y fracción y definitivamente fue uno de los mejores días en meses con mucho tiempo para saltar en la alberca... simplemente muy feliz.


Cuando salimos del agua y llegamos a la palapa se dejo caer una tormenta, en teoría nos dormimos pero unos minutos después todos salimos preocupados por la creciente del río y la integridad de Gun. Una primera misión de rescate no tuvo éxito, así que seguíamos a obscuras solo viendo la lluvia. Por fin el presidente se puso un impermeable y fue por Gun, no se si lo trajo de las orejas pero por fin todo termino bien y pudimos dormir un rato.



Foto tomada a la 1 y fracción de la mañana, el río iluminado por los truenos.

Al siguiente día desperté entre palabritas sobre lodo, motos y angustia. Resulta que el pequeño espacio de tierra se hizo un lodazal y las motos se voltearon, cayeron y se ensuciaron todas. Esa mañana fue de muchachos lavando sus máquinas...


Desayunamos y nos metimos al agua un rato más para estar listos a medio día y partir de regreso.





Tlayudas Oaxaqueñas

No habíamos andado ni 10 minutos y en una curva de pronto la llanta trasera hizo un movimiento raro, se barrio y vi el suelo más de cerca. Se supone que en los accidentes vez tu vida pasar, pero en realidad no duró más de un pestañeo. Cuando me dí cuenta que habíamos caído no pude ni levantarme, y no por que algo estuviera roto sino por el peso de la mochila que me mantenía con fuerza pegada al suelo cual tortuga patas arriba, todo parecía estar bien hasta que apoye la mano en el piso y vi el gran hoyo causado en parte por el accidente y mayormente por mi tontería de olvidar ponerme los guantes cuchos que traigo...

Me levante y también me dolía el tobillo, mis amadas míticas botitas estaban raspadas y se veían bastante mal pero todo estaba en orden. Después le preguntaron a Esteban que cómo estaba dijo que solo le dolía el pie también, se levanto el pantalón  y tenia una raspada con algo blanco y pensé que era el hueso y me quede helada, cuando dijo que solo era raspada ya pude hacer drama y se me bajó la presión, me apanique porque normalmente él casi muere cuando se hace cortaditas leves y no se cómo iba a tomar una raspada mayor. Luego me lavaron la herida y sentí tanto dolor que casi desmayo así que nos orillamos y me senté un momento entre la hierba, tenían que lavarme la herida así que hubo un nuevo intento lleno de más dolor. Pasado un rato les dije que ya podíamos continuar y nos dijeron que no teníamos que sufrir, que podían llamar a algún familiar o podíamos irnos en camión y pensé: "5 horas en camión para llegar a casa, gracias no".

Así mis botitas


Así el pie de Esteban

(Los hoyos rojos son piquetes de mosquitos hambrientos, nada tuvieron que ver con el accidente, ignorenlos)

Y así la mano...


En el camino de regreso pensaba en el accidente, el tobillo no me dolía y no me saque la bota porque sabía que ya no me la iba a poner de nuevo, así que no le hice mucho caso, la mano me ardía pero el dolor bajo considerablemente así que el regreso no fue tan malo.

Mi intención era parar a tomar una foto de los caminos llenos de flores, pero ya habíamos perdido mucho tiempo en el accidente y no quería que todos llegaran más tarde por mi causa, pero eso no me impidió seguir disfrutando del paisaje. 

Una de mis opciones al final del viaje era odiar la moto, temer por mi vida y no volver a montarme nunca mas. Al contrario de eso reafirme mi fé, me convencí de nuevo de que era una experiencia que no iba a cambiar y me convencí también de que siempre que me suba, voy a vestirme para caer...

Muchas gracias a todos, en especial a Wendy por lavarme la herida, posiblemente yo no lo hubiera hecho y si lo hacía nos íbamos a tardar 2 horas ahí o iba a morir en el intento, ha sido una gran suerte haber contado contigo en un momento así y siempre te lo voy a agradecer, eres mi héroa (Por el repelente y los primeros auxilios) 

También gracias Gun por llevar botiquín y por darme la crema mágica y acompañarnos a casa.

Gracias a los demás también por siempre ser nuestra familia...

De izquierda a derecha: Piter, Ulises, Gunman, Alex Clares, Presi y Heero


"Viviendo el camino, sin prisas, pero sin pausas"